Artrosis de rodilla

El diagnóstico de la artrosis de rodilla se basa en la anamnesis (recopilación de datos del paciente, tanto de su historia clínica actual como pasada) y exploración física, con el apoyo de pruebas radiológicas y análisis del líquido articular para confirmar el diagnóstico si es necesario, y descartar otras enfermedades.

¿Qué sintomas produce?

Los síntomas característicos de la artrosis de rodilla son el dolor, la rigidez articular y la disminución o incapacidad en el movimiento, generalmente en ausencia de fiebre e inflamación.

  • Dolor mecánico y crónico que se caracteriza por:
    • Aumentar con el tiempo, comenzando con intensidad leve o moderada.
    • Aparece al iniciar los movimientos (marcha); después mejora y reaparece con el ejercicio intenso o prolongado.
    • A medida que la enfermedad avanza, el dolor aparece cada vez más precozmente y con ejercicios más livianos, para acabar en un estadio en que cualquier movimiento, por pequeño que sea, lo desencadena.
    • Cede o mejora con el reposo.
  • Rigidez articular de menos de 15 minutos de duración, que suele aparecer tras un periodo de inmovilidad prolongado, pero mejora rápidamente con el movimiento.
  • Limitación para realizar tareas de la vida diaria.

 

Cuidados y recomendaciones

La educación del paciente debe formar parte integral del manejo del paciente han demostrado reducir el dolor y aumentar las habilidades adquiridas, aunque con poco impacto en la capacidad funcional.

Las pautas de protección articular y de modificación de hábitos de vida han demostrado evitar el estrés articular.

  • Hábitos alimentarios

En personas con obesidad se debe ofrecer un programa que incluya consejo dietético y actividad física, ya que la reducción de peso junto con el ejercicio ha demostrado reducir el dolor y mejorar la funcionalidad.

  • Actividad física

Se han de valorar tanto factores relacionados con la artrosis (dolor, daño articular, estabilidad articular, movilidad articular) y factores individuales como la edad y la comorbilidad. Por tanto, en la prescripción del ejercicio debe considerarse el objetivo y adaptación a las posibilidades y características de cada paciente. Los ejercicios de flexibilización y fortalecimiento han demostrado que producen reducción del dolor y mejoran la función de los pacientes con artrosis de rodilla.

  • Tratamiento ortopédico

Las posibilidades de intervención son varias, dependiendo de la edad, comorbilidad, grado de afectación clínica y deterioro articular.

  1. Lavado y toilette articular: El lavado articular mediante artroscopia puede mejorar los dolores en formas no severas de la enfermedad, por medio de la eliminación de enzimas proteolíticas del líquido sinovial.
  2. Osteotomías de corrección de las desviaciones del eje articular para conseguir un mejor reparto de cargas y un retardo en la evolución de la artrosis.
  3. Endoprótesis. La sustitución protésica se planteará en pacientes con artrosis de rodilla, mal control sintomático y afectación funcional importante, considerando aspectos como edad, dolor articular, tipo de actividad del paciente, movilidad articular, presencia de obesidad, estabilidad articular, alteraciones axiales, localización y extensión de la artrosis, comorbilidad y petición del paciente. Las intervenciones posibles son: prótesis unicompartimentales o prótesis totales, bi o tricompartimentales (más frecuente e indicada).
  • Tratamiento farmacológico

El paracetamol es un fármaco eficaz en el alivio del dolor de los pacientes con artrosis de rodilla. Este fármaco debe ser considerado como tratamiento analgésico oral de primera elección en estos pacientes, aunque su prescripción debe hacerse de forma individualizada. Si el paracetamol ha funcionado como tratamiento inicial, y al existir evidencia de su seguridad a largo plazo, se recomienda su uso para el control del dolor en tratamientos prolongados con analgésicos orales.

Los AINEs orales, como el ibuprofeno, son más efectivos que el paracetamol en la reducción del dolor y en la valoración global y estado funcional de los pacientes con artrosis de rodilla, sobre todo en pacientes con niveles moderados a graves de dolor.

 

Para saber más